martes, 10 de mayo de 2016

El País de los Pranes


Desde el fallecido pran mayor (el de Sabaneta de Barinas), hasta el líder del consejo comunal menos poblado del país, la mafia PSUVista es un conglomerado de "pranes", "luceros", "cuadrilleros" y otros líderes regidos por el sistema organizacional penitenciario. No el sistema oficial encabezado por el director del penal, por supuesto, sino el orden jerárquico real que existe dentro de las cárceles venezolanas.

El Picure, El Conejo, El Mocho, El Niño, El Ratón, El Grey, El Chacarrón, El Pran de Tocorón, El Pran de Vista Hermosa, El Pran de Marite, etc. Son algunos apodos de aquellos que representan (o representaron) el zenit del orden dentro de los centros penitenciarios del país. A aquellos a quienes la muerte les ha llegado vestida de colega, han sido generalmente reemplazados por sus asesinos, por lo cual se entiende que para este sistema de mafias delincuenciales: muerto el perro, no se acaba la rabia.

Todo esto de las pandillas dentro de las cárceles no es nuevo. Recuerdo que en el pasado, siempre hubo grupos de presos enfrentados por el control de zonas de venta de drogas o armas dentro de los centros penitenciarios. Control que era, a su vez, negociado con las autoridades oficiales de los centros penitenciarios que también eran corruptos, hasta esos niveles. Para ese entonces, las armas más comunes eran "chopos" (pistolas rudimentarias que utilizaban un trozo de tubería como cañón) y "chuzos" (cuchillos rudimentarios, cualquier pieza que encontraban y lograban afilar). La presencia de pistolas, aunque sí las había, eran puntos de alerta para los directores de los penales, porque tenían un mínimo sentido, no moral, sino lógico, de saber que si permitían que los presos tuviesen acceso a armas de fuego, eventualmente esos mismos presos querrían tener el control del recinto y con esto, el negocio y la participación de la dirección penitenciaria quedaría claramente al descubierto.

Luego de la llegada del PSUV al poder, todo esto cambió drásticamente. The Waxman (el muñeco de cera), quien se refería a los presidiarios como "víctimas del sistema capitalista", impulsó una política carcelaria de "auto-gestión" y/o "micro-gerencia" de los presos sobre sus actividades cotidianas, por un lado, como fachada, de formar parte de un plan para la futura re-inserción de los presos en la sociedad de una manera más humanitaria, y por otro lado, en la práctica, como parte de la inserción sistemática de anarquía en la sociedad (ésta primero afectaría sólo la sociedad carcelaria, y luego a todo el país), sobre la cual sólo el gobierno podría ejercer control y utilizaría como parte del chantaje de su oferta política. 

Para ello, de manera extraoficial y supraconstitucional les permitió coordinar actividades dentro del recinto, les fue dando acceso a diversas actividades de esparcimiento, y poco a poco, los permisos extraoficiales se fueron expandiendo hasta llegar al acceso a armas de fuego, las cuales cada vez fueron aumentando en calibre y capacidad destructiva, además, les permitió un acceso mucho más directo a organizaciones dedicadas al narcotráfico, para finalmente, luego de un incidente grave, vergonzoso y público (que no fue el primero de ese tipo) en el cual los propios policías no podían entrar al penal y estuvieron días intercambiando balas con los internos, se vio en la necesidad de crear el ministerio de asuntos penitenciarios. Esto me hizo recordar a aquella película donde Rick Moranis alimenta a una planta carnívora con gotas de su sangre. Hasta que por sus dimensiones, la planta exigió algo más que esas gotas...

Luego de la creación de este ministerio, algunas personas creyeron en el espejismo de control que éste suponía, pero ya que las directrices de "autogestión" y anarquía social seguían, siguen y seguirán en pie mientras este gobierno esté a cargo; dicho modelo continúa convirtiendo al gobierno en el único posible contenedor de la situación, sosteniendo la oferta de chantaje con ambos: los presos y la sociedad civil. Es decir, que los presos tienen un permiso no oficial para violar las leyes y el ministerio es una mampara para permitir esas sinvergüenzuras manteniendo una vía de comunicación para los casos en que los afectados por sus delitos son allegados al partido de gobierno (enchufados).


Así pues, en la actualidad, los pranes mandan dentro y fuera de las cárceles, desde sus enrejadas fortalezas ordenan secuestros a ciudadanos, extorsionan comerciantes, roban, mandan a robar, piden vacunas y ejecutan cualquier otro tipo de delitos organizados y desorganizados, con la anuencia del ministerio que sólo está ahí para verificar que dentro de sus tareas, no se coman la luz con algún enchufado y no hagan actividades que atraiga la atención masiva de los pocos medios de comunicación que se interesan en saber la verdad de la situación.

Entonces, sabiendo que esta situación viene desde un tiempo tan remoto, y el modelo delincuencial ha sido repetido en todos los estados, no comprendo, por ejemplo, la sorpresa en la gente al ver los vídeos de la despedida de los presos a su fallecido líder "El Conejo" en la Cárcel de Santa Ana (Vea el Video). O el asombro de la gente cuando ven las cuentas de twitter o facebook de los pranes, o cualquier otro caso de abuso de estos grupos sobre la ciudadanía regular.

Así pues, llegamos al momento en el cual la balanza política está a favor de la oposición, y el PSUV, entonces, con el doble propósito de ganar votos y de eliminar evidencias y testigos de las conexiones entre la delincuencia y los personajes clave del gobierno que están siendo investigados en el exterior, se inventaron el cuento de las OLP (Operación Liquiden a los Pranes en la práctica - Operación Liberación del Pueblo en el discurso oficialista).

Frente a este nuevo status-quo, el PSUV, aprovecha estas operaciones para eliminar a toda costa cualquier evidencia de conexión de algunos líderes de colectivos y grupos delincuenciales con los personajes claves del partido, ofrecen a la población una fachada de "combate a la delincuencia" con fines electorales y rotan a los líderes promotores de anarquía dando oportunidad a las generaciones de relevo.
Por supuesto, algunos pranes como "El Picure" (pran fuera de la cárcel), ofrecen más resistencia que otros, hasta llegar al punto de desenterrar a la mamá de Diosdado Cabello y enviarle la foto del ataúd profanado por twitter a manera de amenaza abierta y pública, e involucrándolo directamente con el grupo liderado por el propio pran, cosa que tuvo su respuesta un par de meses más tarde, con una operación en la cual fallecieron 7 personas, además del arriesgado y poderoso delincuente.

Así pues, que seguiremos viendo OLPs, asesinatos y una rotación infinita de líderes delincuenciales, que aumentarán y disminuirán su alcance en la sociedad según su afiliación con los intereses de los altos jerarcas del PSUV, hasta que cambiemos de gobierno por algún grupo de personas que tenga un poco más de sentido común y finalmente le quite a estos personajes las "libertades" que en un principio los llevaron a la cárcel y por las cuales deberían ser "re-educados" o  "reformados".



Como decía 'El Terror del Llano' (Jorge Tuero - QEPD):
D.

"Los gobiernos pasan, pero el hambre, las mafias y la delincuencia quedan". 
Anótate esa ahí, Rodriguez Chacín!