martes, 2 de septiembre de 2014

Un País Con Alzheimer

Deambulantes, erráticos, inmutables... Transitan los habitantes de un país que luego de una enfermedad degenerativa llamada comunismo, padecida durante más de 15 años y contando, llevaron su modo existencial a este estado catatónico y mendigo en el cual cada quien, a duras penas, vela por sus intereses inmediatos y más nunca intentarán sublevarse a la perversa normaildad de lo inmoral, lo inhumano, lo pagano, lo incorrecto, lo ilegal, ...la maldad.





Se ven, por supuesto, destellos de recuerdos, memorias ocultas del sub-conciente social, atrapadas en las mentes de algunos y que sólo ven luz a través de periodistas aventurados, a quienes la mordaza del terrorismo institucional todavía no termina de silenciar por completo, como el caso de "La Carta de Gustavo Coronel a Jorge Arreaza". Y son ocultas, porque no alcanzan ni siquiera a ser captadas por un 5% de la población, que duramente, desconoce de sus propias conexiones con la realidad de otrora, cuando funcionaba como sociedad y no como cuartel de zombies.




Mas allá de nuestro padecimiento, nuestro compañero de cuarto más anciano y abatido, y todavìa dueño de algunas memorias que se fugan al mundo en balsas improvisadas soñando ser amparados por la "Política de Pies Secos", nos previene de nuestro destino y nos ofrece su imagen y experiencia, como una especie de bola de cristal, procurando ver en nosotros ese renacer de luz que no sucedió con él, y evitar nuestro cruel destino, pero sin éxito. El daño ya es "irreversible".





Seamos nosotros mismos entonces las luces que devuelvan la razón y esperanza a este país, hagamos que renazca nuestra vida activa, productiva y saludable. Porque no hay remedio ni pastilla que cure esta enfermedad. No hay factor externo que nos ayude a superar nuestro problema. Y aquellos que hoy reprimen, torturan, persiguen, desangran y mantienen al país en este letargo, no se irán voluntariamente, (ni por votos según ellos mismos). Sólo la fuerza de una multitud avasallante en el lugar y momento indicados podrá romper esta deprimente premonición... Y para lograr eso, cuesta.


Organización, determinación y fuerza.

D.